Wednesday, June 28, 2006

LA TARTAMUDEZ

La tartamudez es un trastorno psicogénico del habla que se cura definitivamente cuando a través de la terapia Dianética se encuentra el engrama que lo provoca. Las variaciones que se encuentran entre un tartamudo y otro se deben simplemente a que las dramatizaciones de los engramas son impredecibles y asumen infinitas formas

Todo el mundo posee mente reactiva. Ningún ser humano, examinado en cualquier parte, se encontró exento de ella o libre del contenido aberrativo de su banco de engramas, el depósito de datos que sirve a la mente reactiva. ¿Qué es lo que hace esta mente? Bloquea el recuerdo auditivo. Coloca circuitos vocales en la mente. Hace que la gente sea sorda a los tonos. Hace que la gente tartamudee. Hace todas y cada una de las cosas que pueden encontrarse en cualquier lista de enfermedades mentales: psicosis, neurosis, compulsiones, represiones…

Antes de su nacimiento el niño no depende de los sentidos estándares para sus percepciones. Los engramas no son recuerdos sino registros a nivel celular. Por lo tanto, el niño no necesita tímpanos para grabar un engrama. La madre, por lo tanto, debe ser extremadamente amable consigo misma durante el embarazo, y todos los que la rodean deben estar totalmente informados de la necesidad de guardar silencio después de cualquier sacudida o lesión.
Para conservar la cordura del niño se debe mantener silencio en presencia de cualquier lesión. La clave es hacer lo que se tenga que hacer por la criatura lesionada o enferma, pero con el mayor silencio posible atendiendo a las circunstancias. Y mantener silencio no significa un torrente de “shss”, porque eso produce tartamudos. Lo que vale para el niño también vale para el adulto, ya que la grabación de engramas no depende en absoluto de la edad.
No digas nada ni hagas ningún ruido en torno a una persona inconsciente o lastimada. Hablar, no importa lo que se diga, es amenazar su cordura. No digas nada mientras se está operando a una persona. No digas nada cuando hay un accidente en la calle. ¡No

JORGE OLGUÍN
Frente a un niño enfermo o lastimado no se debe decir nada, sino sonreír, mostrarse tranquilo y en silencio. Las acciones no comunican más que las palabras, pero sin embargo acciones son lo único que se puede realizar en torno a los enfermos y lesionados. No seguir estas reglas equivale a llevarlos a la neurosis o a la demencia, o cuanto menos a producirles una enfermedad de impredecibles consecuencias. Y por encima de todo, no digas nada cerca de una mujer que haya sido golpeada o sacudida de algún modo. Sólo ayúdala. Ten en cuenta que no tienes idea de si está embarazada o no. Si lo está, todo lo que digas puede arruinar también a la criatura.

GRACIAS A GRUPO ELRON ARGENTINA