Tuesday, July 04, 2006

LA OCTAVA ESFERA

EL INFIERNO??? O OCTAVA ESFERA

Cuando los espíritus desencarnan pueden llevar una carga o no, de acuerdo a lo que hicieron estando en el plano físico, o sea, mientras estuvieron encarnados. A esa carga la podemos llamar karma. No tomemos ese karma como una culpa a pagar, sino como una lección a aprender. Los actos que ese espíritu encarnado realizó generaron una reacción... ¡provocada por él mismo! Por lo tanto, desechemos premios o castigos en el karma, ya que es solo una consecuencia de dichos actos. Como el universo es un espejo, todo lo que haga cada persona, le generará algo recíproco... si fue altruista, la vibración de su espíritu será más sutil y, al desencarnar, podrá elevarse de nivel espiritual. pero si su comportamiento en vida dejó mucho que desear, se acarreará una lección kármica que tendrá que revertir. Y al mismo tiempo, su parte espiritual vibrará en una sintonía más baja y podrá descender de nivel vibratorio. Todo está relegado a lo que la persona hizo en vida y la vibración consiguiente estará en sintonía con su conducta.
Entonces, al desencarnar, vamos a vibrar espiritualmente de acuerdo a como actuamos en la última encarnación. Por lo tanto, cuánto más nos dediquemos a prestar Servicio a los demás y gozar en consecuencia, más elevados estaremos a nivel espiritual.
Pero no es cierto que si la persona cometió desaciertos, al desencarnar en una vibración densa, ya no tendrá oportunidad de reparar su error, ya que puede cooperar desde el plano espiritual ayudando a otras entidades similares o bien, volviendo a encarnar para intentar nuevamente su Elevación interna.
Hablemos ahora de los planos espirituales o niveles de vibración. Los Maestros de Luz nos han enseñado que los espíritus del Error están en los niveles espirituales 2 y 3. Aclaro que en el nivel 1 se encuentra el plano físico.
El nivel 4 es un nivel de Maestría, es un plano donde moran los espíritus Maestros. En este plano los espíritus ya no tienen un ego que los domine, ese apego ha sido erradicado, cosa que no sucede en los planos inferiores, porque como el ego todavía ejerce su poder, hace caer a los espíritus que allí habitan en varios tipos de tentaciones.
Los espíritus del Error de los planos 2 y 3 pueden no tener apetencias físicas como nosotros −riquezas, deseos, etc.−, pero hay otro tipo de tentaciones: las del poder, por ejemplo. Así, se forman legiones de espíritus para someter a legiones de otros espíritus, solamente por el poder en sí. Y hay una batalla tremenda en esos planos. Esas batallas son mentales, donde cada grupo espiritual busca someter a otros grupos, tratando de manipular sus "conceptos", lo que para los que habitamos el plano físico sería pensamientos.
En el plano 4, donde se ha superado por completo ese estado de ansias de poder, ya no hay ego que manipule, y las entidades que allí moran se dedican a Servir, orientando a espíritus de planos inferiores o bien a personas encarnadas que viven en confusión comunicándose con su "cuerpo causal".
En la 5ª vibración, que es un plano de Luz, los espíritus que allí habitan transmiten su empatía a aquellos que están pasando por momentos agobiantes... incluso sufren al ver el sufrimiento de ellos. Porque en los planos de Luz no se sufre por uno, sino por el otro. Tal es el desapego que allí se practica.
Hay pruebas de esto en el propio plano físico, ya que siempre hubo seres encarnados que han compartido el sufrimiento del otro. El Maestro Jesús es el gran ejemplo de lo que digo, ya que vivió para enseñar a los demás el camino del Amor y se compadeció de los necesitados. Además, era tal su desapego, que cuando estuvo cuarenta días en el desierto fue tentado por espíritus del Error que le decían: “¡Tienes todo el poder, tienes todas las posibilidades, puedes someter a otros con tu verborragia, puedes llegar a dominar a esta gente! ¿Qué esperas para hacerlo?”.
Y Jesús dijo: - “No, porque yo vine a Servir, yo no vine a quitar”. Y venció, no solo a su propio ego, sino también la tentación de los espíritus del Error y de los demonios.
La tradición dice que le ofrecían riquezas, pero los espíritus saben que la mayor tentación es el poder... y eso fue lo que le ofrecieron. Jesús dijo no. Y venció su ego, que es el manipulador más grande que todos los seres encarnados tenemos.
El ego no es solamente egocentrismo, no es envolverse en vanidad o soberbia. Hay otros roles menos conocidos, como la susceptibilidad. Porque aquellos que se sienten ofendidos, deben pensar que no están ofendiendo a su espíritu, sino al rol que el ego le está haciendo ejercer en ese momento.
Si a una persona la critican como terapeuta, como maestra, como ser humano, como padre, como compañera, etc. están ofendiendo sus roles, no su espíritu.
Si dicen que como madre esa persona deja mucho que desear, y ella "recoge el guante", están ofendiendo su rol de madre. No están ofendiendo a su espíritu, porque su espíritu no es madre, ni hermana, ni ningún otro rol. Los roles son puestos por el entorno al encarnar y el ego se apodera de ellos para hacerlos imprescindibles.
Hay dos planos por debajo de nosotros, el plano -1 y el plano -2, que son planos más densos. Pero que por lo que podríamos llamar una “jugarreta dimensional”, no los podemos visualizar.
En dichos planos hay incluso más sufrimiento que en el plano físico. Y la pregunta es: ¿Por qué en esos planos hay tanto sufrimiento? La respuesta está en qué conducta tuvieron los espíritus que habitan en esos planos densos. Tengan en cuenta que hay espíritus que tienen tanta crueldad, que encarnan una y otra vez, y no terminan de revertir sus lecciones kármicas…
No hay un Dios que los castigue… ¡es el propio espíritu el que elige su destino posterior de acuerdo a los actos de su última encarnación. Porque el espíritu vibrará en relación a su conducta... cuanto más haya hecho por su prójimo, más sutilmente vibrará y ascenderá de nivel.
También puede suceder lo opuesto... supongamos que hay un espíritu en el plano 4, en el plano de Maestría, y se deja tentar por el ego. Ese espíritu comenzará a vibrar de una manera más densa. Su Luz empalidecerá y automáticamente descenderá de nivel.
Nadie lo echa de ese nivel, nadie lo manda a otro nivel más bajo, no hay castigo.
Un espíritu puede subir o bajar de nivel de acuerdo a su propia conducta. Y esto ya estaba dicho hace dos mil años en la Biblia, pero muchas palabras fueron sacadas de ella en el año 325, por una confabulación que organizó el emperador Constantino en el Concilio de Nicea. También sacaron versículos donde Jesús hablaba de la reencarnación.
Sucede que en aquel entonces a las autoridades no les convenía que la gente supiera que nuestra propia conducta podía elevarnos. Ese ocultamiento de que cada uno podría salir por sí mismo, es decir, sin ningún intermediario, constituía una forma astuta de someter y manipular a los feligreses.
Volviendo a los niveles de vibración: Decíamos que hay entidades espirituales que encarnan, pero no terminan de resolver sus lecciones kármicas. Así, empalidecen su "Luz" y siguen bajando de nivel vibratorio.
Al final, pueden densificar tanto su espíritu que al desencarnar automáticamente bajan al plano -1.
¿Qué hay en el plano -1? Una absoluta soledad. Cada espíritu que mora en dicho plano no se puede comunicar con otra entidad espiritual de ninguna forma. Le está vedada toda comunicación conceptual ni puede tampoco contactarse telepáticamente.
Y su visualización −porque los espíritus visualizan, aunque de manera distinta que los encarnados− está también limitada. Por lo tanto, en el plano -1 las entidades espirituales quedan totalmente aisladas.
Pueden desplazarse, nada se los impide... pero siguen en medio de la nada...
Ahora bien, la pregunta clave es si quedan en la vibración -1 definitivamente… ¡En absoluto! Quedan solamente hasta que reconocen que otros espíritus pueden estar en su misma situación. Y al dejar de pensar s í mismos, automáticamente se elevan de nivel.
De no ser así, pueden estar allí por tiempo ilimitado en esa vibración llamada el plano de la soledad.
Uno puede razonar que si dicho plano es tan aterrador, no puede existir nada peor... y sin embargo lo hay.
Es el plano -2.
El plano -2 es lo que los católicos ortodoxos llaman “el infierno”. Pero en esa vibración tan densa no hay fuego, tampoco castigo eterno ni demonios con tridentes... el sufrimiento va más allá de eso…
Dicho plano es conocido como "La Octava Esfera".
Y ésta es la explicación: Cada mundo supralumínico envuelve al más bajo. Vamos a suponer que cada uno tiene una forma esférica. El plano 2 envuelve al plano 1, porque es un plano superior de Luz. El plano 3 lo envuelve al 2 y así sucesivamente todos los planos.
Resumiendo, entonces, está el plano -2 y el -1; y luego el 1 (el plano físico), el 2, el 3, el 4 y el 5. Estos siete planos son los planos o niveles espirituales, es decir, donde moran los espíritus, y luego sigue el 6, que es el plano angélico.
En este plano están las entidades angélicas. Todos los ángeles, arcángeles, serafines, querubines, tronos, potestades, principados, están en el plano 6.
Entonces, hay ocho planos en el mundo espiritual y angélico. Son ocho esferas envolventes y las más sutiles envuelven a las más densas.
A la esfera más densa, la que corresponde al plano -2, se le llama precisamente “La Octava Esfera”, a la que en algunos libros filosóficos se la sindica como el fin del mago negro, porque el mal se desintegraba y los espíritus negativos que la habitaban de desintegraban en el cosmos.
Pensar algo así sería como negar la Misericordia Divina. Todo se transmuta, todo se transforma.
Al plano -2 descienden solamente los espíritus de extrema crueldad y dicho plano no tiene relación con el plano -1. Los espíritus se comunican perfectamente, pero con el agravante de que su sensibilidad se agiganta al extremo. Su telepatía es absolutamente abierta, sin poder aislarse entre ellos... y entonces cada espíritu puede sentir el dolor del otro... y el de todos los demás.
No importa la cantidad de espíritus que moren en el plano -2. Cada uno de ellos va a sentir como suyo el dolor de todos los demás.
Su sufrimiento no es a nivel físico, sino a nivel anímico, conceptual. Y ese sufrimiento les invade, les corroe internamente... su dolor conceptual es tan intenso que aun pudiendo comunicarse, no escuchan el lamento telepático de los demás espíritus. Cada uno está en su mundo de dolor. Nada más importa...
Ahora bien, ¿Cómo pueden entonces liberarse de esa vibración que perfora sutilmente los sentidos? Cuando aprenden la lección del desapego. Cuando reparan que el otro "también" sufre. Y aprenden entonces la importancia del sufrimiento del otro, dejando por un momento de lado el propio sufrimiento.
Y ese espíritu deja automáticamente la Octava Esfera, que las religiones tradicionales llaman "el infierno". Y obviamente, es un plano donde no hay castigo eterno. Esta creencia no es más que otro de los tantos disparates de las religiones tradicionales. Es importante reiterar que ningún espíritu es enviado allí por la fuerza, ya que desciende de nivel de vibración por su propia gravitación, de acuerdo a su comportamiento: cuanto mayor fue su crueldad en el plano físico, mayor será su densidad espiritual...
Si las entidades se elevan de nivel es porque sus actos altruistas predominaron en ellas y su vibración se hizo más sutil. Y si descienden de plano es porque el ego, ese gran manipulador, las transforma en seres tan egocéntricos, que su conducta se vuelve hostil, agravándose cada vez más.
Pero como se dijo antes, dentro suyo tienen la< respuesta para elevarse de vibración, por lo tanto hablar de "fuego Eterno" también sería negar la Misericordia Divina.
El plano -2 es también un plano de aprendizaje, como lo es cada uno de los planos. Eso es lo importante. La Redención también es una Alternativa que brinda el Absoluto.
Por último, cuando las religiones hablan del infierno, siempre nombran a Luzbel. Aclaro que Luzbel, cuyo nombre significa “Portador de la Luz”, era una entidad angélica y es de suma importancia destacar su rol.
Tiene un papel preponderante en la Evolución espiritual de los seres encarnados, puesto que el Absoluto lo eligió para tentar al ser humano y así fortalecer su resolución espiritual.
Lo acompañaron 72 ángeles voluntarios, a los que se les borró la memoria por Misericordia Divina, para evitar que sufrieran por empatía al ver el dolor que la tentación causaba al ser encarnado. Y de esa manera se transformaron en los llamados “demonio”.
Luzbel mantuvo su memoria intacta y fue viendo a través de los milenios cómo los hombres sucumbían a las tentaciones, haciendo casi infinito su sufrimiento. Pero lo soportaba por su incondicional Amor a Dios.
Luzbel es conocido como Lucifer, el “Príncipe de los demonios”.
La tradición dejó de verlo como lo que en realidad es, una entidad de Luz que ayuda a crecer espiritualmente al ser encarnado, para considerarlo como un ser maligno que corrompe el espíritu.
Hay que tener una gran fortaleza interior para vencer a las tentaciones y sobreponerse al lastre del ego. El Maestro Jesús salió airoso de la prueba y Luzbel vivió una gran satisfacción por ello, aunque a muchos todavía les cueste entender esa emoción.